[ A N S I E D A D, M I E D O, I N C E R T I D U M B R E…]
No existe momento perfecto, libre de amenazas.
Ni refugio perfecto, libre de grietas.
Ni suelo absolutamente estable, sobre el que pisar por el mundo.
Aceptar esta verdad, es sabiduría. Y llena el presente de infinitas posibilidades”.
Llevamos en el ADN la activación del estrés frente a posibles peligros: perder la cartera, un león hambriento en la selva, llegar tarde, una enfermedad grave…
Por eso, tu cerebro examina continuamente el mundo exterior e interior, en busca de amenazas, cuando encuentra alguna, dispara el sistema de alerta y ansiedad.
A veces esta “vigilancia” tiene razón de ser, pero la mayor parte del tiempo es excesiva, alentada por pensamientos negativos, catastrofistas y anticipaciones del futuro o recuerdos del pasado.
Todas las emociones tienen una expresión física en el cuerpo. Cuando no se expresan y no se liberan, se manifiestan a través de síntomas corporales: gastritis, náuseas, temblores, dolores musculares de todo tipo, jaquecas, etc., sin causa médica.
Esto es porque tu sistema hormonal, cardiovascular, inmunológico, gastrointestinal y muscular están conectados por tu sistema nervioso, y este lo está, a su vez, a tu actividad mental, y viceversa.
Cuando emocionalmente no entendemos lo que nos pasa…
Cuando negamos o bloqueamos emociones…
Somatizamos: expresamos con síntomas físicos lo que no podemos decir con palabras.
Ante el malestar buscamos una pastilla, una droga o cualquier otra cosa que calme el dolor. Pero al ser una causa emocional la que lo provoca, la molestia reaparece, y se cronifica.
[ A C E P T A R, E X P R E S A R ]
“Cuando el cuerpo grita lo que la mente calla …
Escuchar, reconocer y aceptar lo que te pasa: es el camino de la recuperación”.
Conectar con el cuerpo e identificar las emociones bloqueadas es el modo de prevenir la somatización.
Escucha a tu cuerpo. Permítete saber y comprender lo qué te sucede.
Habla de ello en el espacio de una terapia.
Expresa la emoción, sácala del cuerpo: con palabras, en texto, con arte, con música, con baile…
Canaliza el malestar con movimientos corporales, yoga o meditación…
Intenta ver el mundo con claridad y confianza, sin distorsión, sin confusión y sin atender selectivamente a las señales que activan tus miedos y temores.
Ansiedad, miedo, odio, terror, aprensión, preocupación, pánico… aunque desagradables, son emociones y estados mentales, como otros.
Déjalos fluir.
_ ESTÁ BIEN NO ESTAR BIEN _